Yarisley-Silva-Oro-en-los-JCC-Veracruz-580x379Por : Lilian Cid Escalona/ Deporcuba
La final del salto con pértiga para damas era, por la alcurnia de sus contendientes, la prueba de mayor nivel en el atletismo de los Juegos Panamericanos. Y no defraudó.
Era una prueba complicada, de pronóstico reservado y también abierto. Ellas, Jennifer Suhr, Fabiana Murer y Yarisley Silva, son atletas de nivel mundial; de las mejores del mundo y cualquiera tenía armas suficientes para vencer.
Por los números, Suhr llevaba cierta ventaja. Tanto la historia, como la temporada le favorecían.
Por estabilidad y pretensiones, la balanza se inclinaba hacia la brasileña. Una atleta que parece resurgir, manteniendo, de invierno a verano, su rendimiento sobre los 4.80 y cargando con un objetivo especial: arrancarse la espina de su derrota en Guadalajara.
Yarisley, en tanto, convidada a campear por su casta se presentaba con credenciales de 4.73 pero acompañada de ese coraje muy suyo que se ha convertido en su arma letal.
Todo comenzó, para las tres grandes protagonistas, sobre 4.50m. Un arranque tentador para despojarse del lastre y poner cartas sobre la mesa. Allí Suhr necesitó dos oportunidades mientras que Murer y Silva pasaron con limpieza.
Sobre 4.60m volaron las tres, con total pulcritud y el zarpazo eliminó a una Demi Payne sobrevivía. Terminó cuarta la estadounidense, con 4.50 vencidos y habiendo intentado 4.60 e incluso 4.65 en aras de mantener con vida sus sueños de colarse en un podio que estaba predestinado.
Precisamente en los 4.65m empezaron los problemas, para Jennifer Suhr, sobre todo. Presionada por su error previo, intentó revertir el efecto y terminó mirando los toros desde la barrera tras enredarse la citada altura.
Jenn es una atleta con unas condiciones extraordinarias. Es, de hecho, una de las pertiguistas mejores dotadas físicamente. Muy fuerte con un progreso notable en lo que a su ejecución técnica se refiere pero, suele abdicar cuando el reto se torna complejo. La he visto competir mucho, también ganar poco. La he visto conquistar alturas pero no recuerdo épicas remontadas. La he visto, hoy la vimos, titubear y agazaparse. No era su día. No suelen serlo cuando no sale delante.
Era una fiesta de dos. A 4.70 se fueron y pasaron ambas, cubana y brasileña, sin problemas. Entonces llegaron los 4.75, y Silva parpadeó por primera vez.
Fabiana también, un poco más, dos veces miestras que la nuestra se adjudicaba la altura al segundo intento, y tomaba las riendas de la situación.
La Murer estaba en Canadá por el título, lo quería y cuando el afán es mayúsculo, no hay espacio para escatimar en riesgos. Renunció a los 4.75 y le puso todo a un único intento sobre 4.80 que le devolvería el mando. Pretendió y consiguió su cometido, aunque la felicidad le duró los dos minutos que tomó Yarisley, a tono con lo que establece el reglamento competitivo de esta especialidad, para consumir su turno pues la discípula de Alexandre Navas doblegó los 4.80 sin mayores dificultades.
El protocolo dispuso cinco centímetros más. Murer no pudo y Silva, ya ganadora por limpieza en su concurso, concretó su obra maestra . Le puso su nombre a esos cuatrocientos ochenta y cinco centímetros que significan, ante todo, la oportunidad de revalidar su título y optimizar el registro para esta lid. Cuatrocientos ochenta y cinco centímetros que son lo mejor del año en curso para ella y también para el ranking de la especialidad en el planeta. Un golpe de autoridad a falta de un mes para el inicio del Campeonato Mundial en Beijing.
El título abrió la senda de oro del atletismo cubano en Toronto. Y es que Silva tiene la llave. Es una competidora hecha para situaciones difíciles, curtida al calor de muchos años de luchar por el sueño de trascender desde una especialidad “cenicienta” para Cuba. Una mujer de competencia, de esas con las que siempre tienes que arriesgar una última carta. Lo hecho en Toronto es una nueva página gloriosa en la historia de su carrera deportiva. Una victoria de mucho mérito, que conquistó en tremenda lid, con un registro de respeto ante una gran Fabiana Murer.
Otra vez los panamericanos. En Guadalajara terminó de darse a conocer y desde Toronto recuerda que existe, y que adora los empeños mayores. Tal parece que la cita continental es su amuleto y ojo, esta es una victoria estratégica, lo próximo en la lista de retos es Beijing.
En definitiva: Oro: Yarisley Silva (4.85m RP, SB), Plata: Fabiana Murer (4.80m) y Bronce: Jennifer Suhr (4.60m)

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