Todo lo expuesto acerca de las fiestas pugilísticas surgieron los primeros monarcas nacionales y aquí conviene aclarar que debemos darle el calificativo de amateur, porque los muchachos boxeaban por el placer de mostrar las mayores habilidades dentro de las cuerdas. La lista de los titulares incluyó los nombres seleccionados por John Budinich entre sus alumnos más aventajados y fue la siguiente: Víctor Achán (118 libras –53.6 kilogramos), Tomás Galiana (126-57.2), Manolo Vivancos (135-61.3), Juan Suárez (147-66.8) y Anastasio Peñalver (más de 75-79.5).
La cantidad de anécdotas producidas en aquellos días iníciales bastarían para llenar un volumen completo de ocurrencias de los boxeadores, fanáticos y hasta de las autoridades interesadas en prohibir las prácticas Por entonces, los mismo boxeadores eran los promotores y lejos de obtener algún beneficio debían disponer de unos cuantos pesos para comprar refrescos y obsequiar con dulces a los invitados que se aventuraban a asistir.
El primer pleito por el título de la división mosca corrió a cargo del campeón seleccionado Víctor Achán y Florentino Llano, 13 de abril de 1913, y tuvo como escenario un improvisado cuadrilátero que instalaron en la sala de la casa de Mike Febles. El chino Achán puso fuera de combate a Llano en el primer asalto y a continuación se ofreció una exhibición de jiu-jitsu entre Mike Febles y Chau Aranguren.
Un par de semanas más tarde, en el domicilio de Víctor Achán se llevó a cabo la discusión del cetro del peso pluma en poder de Tomás Galiana contra el retador Generoso del Castillo. Antes de cumplirse los dos primeros minutos del asalto de apertura, Galiana pegó un potente hook a Castillo, seguido de uno de sus famosos swignes, en el preciso instante en que éste tenía la cabeza a menos de una pulgada de distancia de la pared, por lo que los golpes provocaron que el choque sonara como un disparo de cañón. Por supuesto, el golpeado cayó pesadamente al suelo y en estado semiinconsciente el árbitro Bernardino San Martín le contó los diez segundos reglamentarios.
La discusión del campeonato en la división liviana (61.3 kilogramos) tuvo lugar el 21 de octubre de 1913 sobre el improvisado ring ubicado en el escenario del teatro Actualidades. Los contendientes fueron Manolo Vivancos y Pedro Rodríguez, en un combate concretado a 10 asaltos y en el que actuó como árbitro John Budinich.
Durante los primeros rounds ambos contrincantes boxearon con buenos bríos y demostraron que estaban bien preparados. En el séptimo capítulo, Vivanco y Rodríguez sangraban de los cortados rostros, aunque el titular Vivanco era dominado con incesantes rectos de izquierda. A punto de ser noqueado, Vivanco lanzó un enorme salivazo a la cara de Rodríguez y al considerar que le habían hecho saltar uno de sus ojos se entretuvo un instante, lo cual aprovechó Manolo Vivanco para pegarle un terrífico swing de izquierda que lo derribó a la lona por la cuenta completa.
En la temporada de 1914 subió al encordado Anastasio Peñalver, reconocido con bombos y platillos monarca de la máxima división, aunque en su vida había conocido lo que era calzarse un par de guantes. La proclamación de Peñalver se debió a que no existían contrarios.
El primer adversario que enfrentó Anastasio fue el estadounidense John Lester Johnson, el mismo peleador de derrotar a Budinich varios meses atrás. Desde el sonido de la campana, Johnson cayó encima de Peñalver y le propinó tal paliza, que los segundos del cubano se vieron precisados a tirar la toalla recién comenzado el pleito Sin embargo, el gigante cubano, quien subió al cuadrilátero precedido de inusitada fama, bajó amenazando a Johnson con entrarle a pedradas cuando salieran a la calle.
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