Escrito por: CLAUDIA RAMÓN RODRÍGUEZ / Fotos: Internet
“No tengo vida privada, mi vida es el deporte, entreno cualquier día a cualquier hora”, nos expresa -vía WhatsApp, por el distanciamiento preventivo en días de pandemia- Leslie Amat Álvarez, la figura más destacada del triatlón en Cuba.
Tal vez a algunos sorprenda saber que sus primeras incursiones fueron el piano y el canto, “hice los exámenes para entrar a la escuela de música, pero no me escogieron así que mi destino era el deporte.
“Alrededor de los cinco años empecé a practicar nado sincronizado en la Ciudad Deportiva, a partir de captaciones hechas en mi escuela primaria. De ahí pasé a la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE), luego al Equipo Juvenil Nacional y después llegué al nacional de mayores, con 14 años.
“En 2007, integré el equipo que obtuvo medalla de plata en los Juegos del ALBA en Venezuela y el de los Panamericanos de Río de Janeiro que fue quinto lugar”, rememora.
Aunque los resultados eran propicios, “la dieta para mantener el peso en el nado sincronizado era muy estricta, incluso me llevó a dejar de comer un día entero y tomarme una tira de bisacodilo, lo que afectó mi salud; todo por cumplir el peso y al final no pude.
“Entonces opté por el triatlón. Eso sí, bajaba de categoría pues estaría en un equipo juvenil nacional, pero al menos podía comer todo lo que quisiera”, confiesa jocosa.
Si bien la adolescente Leslie pensaba que le era difícil soportar las duras exigencias del nado sincronizado; las cambiaba por otras aún más fuertes. Se trataba de nadar, pedalear y correr kilómetros dentro de un grupo en el que solo tres alcanzan los premios. “Escogí el triatlón porque mi hermano lo practicaba. Tenía además conocidos del equipo pues me los topaba cuando corría los fines de semana para bajar de peso”.
Siempre en el deporte
Las adversidades en el nado sincronizado y la espera para poder cambiarse de manera oficial para el triatlón no le quitaron el impulso. “Nunca me pasó por la cabeza abandonar el deporte, creo que, aunque dejara de entrenar, mi vida siempre va a estar en este mundo”, asevera.
Y así, de la mano de Arturo Corduroy, en un principio, y posteriormente de Yaceri Leal, en el equipo juvenil, comienza una historia que ya cuenta con más de una década, dándole a Cuba alguno de los mejores resultados en ese deporte.
Por estos días que la pandemia se enseñorea, Leslie se encuentra distante de su casa, pues los entrenamientos se realizan en la “burbuja” del Complejo de Piscinas Baraguá, en La Habana.
“La covid-19 me ha afectado en todos los aspectos, he tenido que cambiar por completo mi rutina diaria, la participación de los eventos, las relaciones interpersonales y la vida social”.
Frente al espejo
La fuerza y la resistencia son las principales características de un triatleta. Al verlos en el terreno saliendo de una prueba para entrar en otra, venciendo kilómetros, nos parece que son inquebrantables, que nada los puede intimidar.
Pero toda esa coraza física envuelve la sensibilidad y los avatares propios de los seres humanos. “Siento miedo de contagiarme con el coronavirus y transmitírselo a mis seres queridos; también me inquieta no lograr clasificar para Tokio este año”, revela.
“Mi mayor aspiración deportiva es participar en unos Juegos Olímpicos y en lo personal, después que termine mi carrera, formar una familia”. Aunque por el momento no tiene pareja, y repite y repite: “el deporte me roba todo el tiempo.
“Tengo un entrenador y unos compañeros de equipo que me ayudan en lo que sea y me hacen sentir como una reina”, subraya. A su juicio, esta es una de las razones de peso por las que cumple su preparación de manera más motivada y a gusto.
“Me caracterizo por ser una atleta disciplinada, atrevida y sacrificada. Fuera del deporte soy una niña de casa, no salgo; mi tiempo libre es dormir, estudiar, oír música, ver series y películas y me encanta tomar helado. Mi familia me apoya en todo, cuando estoy en casa descanso y también ayudo algo, en realidad no mucho. Tengo amigos, pero no muchos”.
A la par de las rigurosas jornadas cursa el quinto año de Licenciatura en Cultura Física. “Ya este año debo defender la tesis, mi tema es una propuesta de trabajo en el segmento de ciclismo en el triatlón a partir de la zona de potencia”.
Llegar al olimpo
Sus posibilidades son palpables, todo depende de lo que decida la Unión Internacional de Triatlón (ITU, siglas en inglés) sobre si se mantiene el ranking congelado o se reanudan los programas competitivos, refiere.
“Me inspira ser la primera triatleta cubana en participar en unos Juegos Olímpicos, ya que fui la primera en ir al estreno de las Olimpiadas Juveniles (Singapur 2010), donde obtuve el lugar 22 con solo un año en la modalidad.
“No compito desde el 14 de marzo del 2020. Fue una Copa Panamericana en México donde obtuve el quinto lugar”.
“Si la clasificación abre nuevamente en mayo y cierra el 14 de junio, en todas las semanas habrá acciones hasta el último día; aunque hay eventos que se han cancelado, esperemos que no se cierren más”.
Multimedallista en Copas Panamericanas, dos bronces en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Barranquilla 2018, un histórico séptimo lugar en los Panamericanos de Lima 2019, así como participaciones en diversos certámenes internacionales de alto nivel, han potenciado que sea hoy la principal esperanza para que el triatlón cubano tenga por vez primera un concursante olímpico.
“Me siento bien preparada ya que este tiempo he estado trabajando, con la ayuda de mis compañeros de equipo, en mi mayor debilidad que es la carrera”.
Dentro del Complejo de Piscinas Baraguá realiza la natación, para correr y montar la bicicleta sale a las carreteras y pistas de circuitos creados por el equipo para ese fin. Lo que más le afecta es el cansancio, “aunque quiera ir más rápido no puedo porque la fatiga en los músculos no me deja avanzar”.
El sueño de la cita estival parece complejo, aun así, de una atleta como Leslie podemos esperar la sorpresa. Ya asombró a Cuba y al mundo en 2019, cuando en el Triatlón de La Habana llegó segunda; incluso tras fracturarse el dedo de su pie derecho minutos antes de iniciar el torneo, muestra de su valor y compromiso.
Triatlón a lo cubano
La perseverancia es una de las principales características de una competencia extenuante que combina tres habilidades físicas en largos circuitos. No obstante, cuestiones ajenas a la disposición y al esfuerzo de los atletas dificultan la preparación.
“En otros países un entrenador con decenas de atletas eleva la intensidad de los entrenamientos y el que las venza va a las competiciones. Nosotros apenas somos tres, la preparación debe ser fuerte, pero se cuida mucho no lesionarnos para no retroceder lo logrado, de ahí que el avance será de cierto modo más lento.
“Considero que la atención de los atletas de triatlón de alto rendimiento en Cuba es buena. Aunque no dejo de pensar que se prioriza más deportes como el béisbol y se descuidan los individuales que suelen dar más medallas en citas multideportivas.
“Actualmente lo que nos afecta en la preparación es el agua fría de la piscina. Sobre la vida interna no tengo mucho que decir porque prácticamente resido en mi casa, solo en este caso excepcional estoy aquí y las condiciones son aceptables”.
Pese a los inconvenientes Leslie se encuentra a buen ritmo en su preparación, y ha aprovechado el confinamiento en casa también para entrenar. “La idea era no quedarme en cero físicamente y se cumplió ese objetivo”.
Leslie en la etapa de la carrera, durante otro evento internacional.
Precisamente durante esos Amat fue víctima de tergiversaciones por parte de un medio subversivo, que tomó de sus redes sociales una de las fotos de sus entrenamientos en casa y entonces divulgó que la atleta carecía de piscina. Jugarreta típica de la era de las fake news.
“Era una foto mía nadando en una alberca armable. La tomaron para crear comentarios inadecuados. Un amigo mío me informó de la publicación y quedé sorprendida porque nunca pensé que me utilizaran como proyectil”. De cualquier manera, a la deportista no le ha faltado en meses la posibilidad de entrenar en centros especializados.
Enfocada, sin pausas
Dedica diariamente de cuatro a seis horas a los fuertes entrenamientos. Entre piscinas, carreras y bicicletas pasa su vida. Lograr incluirse en Tokio, y clasificar de manera directa a la cita estival de París 2024, son las proyecciones actuales de Leslie Amat.
En tiempos normales, sin pandemia, su rutina competitiva era muy activa, puesto que la ITU presta ayuda a los países emergentes y con poco desarrollo.
“Ellos escogen a los atletas que le ven posibilidades para clasificar a las Olimpiadas y les facilitan la participación en competencias que dan puntos para los rankings mundial y olímpico”, explica.
En el corazón, las piernas y los brazos de esta capitalina, tiene Cuba su figura principal en el mundo del triatlón. Ella se entrega cada día, apostando todo por sus sueños y por dar a su nación la mayor gloria posible. Que a nadie le engañe su cuerpo menudo, su voluntad y fuerza son titánicas. Ella es como tres atletas en una.
En estos momentos, Leslie Amat se encuentra en Rio Maior, Portugal para hacer una base de entranamientos de cara a su intensa temporada competitiva. Según informa Tele Rebelde, la cubana estará tomando parte en la Copa Africana prevista para el venidero 29 de mayo.
Tomado de Bohemia
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