Yelena Isinbayeva es como Bolt, o quizás lo correcto sería decirlo al revés, porque la rusa llegó primero y revolucionó los esquemas con su carisma. Ellos son, de lo más mediático en el atletismo mundial contemporáneo y de lo más trascendente que ha pasado por las pistas en este inicio del siglo. En consecuencia, que coincidan en tiempo y espacio genera show y alimenta esas historias de las que gusta la prensa.
Dos mil trece ha sido especialmente pródigo para Isinbayeva en este sentido, y se ha movido, entre luces y sombras, ante una opinión mundial que primero alabó su título en Moscú y después cuestionó sus palabras de apoyo para con la Ley anti propaganda homosexual que aprobó el gobierno de Putin en su Rusia natal. Precedida de tales pasajes reapareció en Mónaco, para recibir un premio especial de la IAAF a su trayectoria deportiva y también para poner, otra vez y como manda su tradición, su figura en la mira de la prensa.
Lo del premio es cosa de la IAAF, y se lo han dado también al norteamericano Dwight Phillips. Suena así como el Oscar honorífico, aunque suena también a disculpa, a buscar resarcir los daños que siempre acarrea el que una organización mundial -IAAF y COI- de cierta manera hayan sido cómplice de los arrebatos de la prensa occidental en su cruzada contra una Isinbayeva que dibujaron terrorista, nazi, reforzando el plan de convertirla en un ícono de intolerancia. Un premio que también suena a retiro, y llega al parecer equivocado, justo en el momento en que ella decide anunciar que sus planes, “para variar”, han cambiado.
Y es que sus ideas de futuro, en su condición de géminis total, suelen mutar con facilidad y ahora, luego de tres meses de descanso, regresa con mucha determinación.
Ha dicho que con seguridad se perderá 2014 porque la idea de ser madre se sostiene como el primer anhelo de su condición actual, sin embargo, no se cuidó de mostrar sus ambiciones al asegurar su deseo de hacer acto de presencia en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 y no descartar el Campeonato Mundial de Beijing 2015, si su forma deportiva se lo permite.
Yelena es doble campeona olímpica (2004, 2008), triple campeona mundial (2005, 2007 y 2013) y recordista del mundo; y aun sueña. Sueña con ganar una olimpiada más por lo que el destino sugiere Río´16, a donde llegará con 34 años. Sus opciones, ahora mismo, son un total enigma; mas, a estas alturas del asunto y con todo el arsenal de victorias, registros y actuaciones espectaculares que carga sobre sus espaldas, lo único que la descartaría sería su ausencia.
¿Qué creen?
Trackbacks/Pingbacks