por; Eddy Luis Nápoles
En días recientes he escuchado diferentes comentarios referidos a los términos propósitos competitivos y pronósticos de resultados. Para establecer las diferencias entre estos términos, tendríamos que remitirnos al significado de cada uno de ellos, vemos:
La palabra propósito se deriva del latín propositum, y es la intención o el ánimo de hacer o dejar de hacer algo, también se define como una meta que se quiere conseguir, que requiere de esfuerzo y de ciertos sacrificios. Según Oxford Lenguages: es la determinación firme de hacer algo, u objetivos que se pretenden alcanzar al ejecutar, una o varias acciones.
Por su parte, pronóstico, también procede del latín prognosticum, aunque el origen se encuentra en la lengua griega; haciendo referencia a la acción y efecto de pronosticar o predecir acciones futuras, teniendo en cuenta ciertos indicios. Según, el propio Oxford Lenguages, es la predicción de la evolución de un proceso o de un hecho futuro a partir de criterios lógicos o científicos.
Ahora, ya conociendo cada uno de los significados, nos queda claro que, los propósitos, son aquellas metas u objetivos a lograr, que nos trazamos en nuestra vida diaria y que su consecución o no, va a depender del sacrificio o empeño que seamos capaces de entregar en pos de su logro.
En cambio, los pronósticos son predicciones que se realizan para adelantar posibles acontecimientos o resultados a lograr, partiendo del análisis de datos y diferentes variables, este proceso tiene un carácter netamente científico.
Precisamente, sobre este último término, y como realizar pronósticos, les propongo dedicar los siguientes párrafos de este artículo. Partiremos, que para realizar un pronóstico objetivo hay que analizar la mayor cantidad de variables posibles, de manera tal, que podamos reunir un amplio cumulo de información sobre el fenómeno a predecir.
Continuando con las propuestas, los invito a adentrarnos como pudiéramos realizar pronósticos de posibles resultados, para ello, tomaré como base el atletismo cubano. Primeramente, necesitamos conocer una serie de variables, entre las que pudieran enumerarse, edad del atleta, experiencia deportiva, último resultado logrado, manifestación de su curva de rendimiento, cómo se expresa el atleta en cada estadio etario, los crecimientos que logran a cada edad, los índices de crecimiento, edad donde se produce los mayores incrementos de resultados, entre otras.
Los atletas cubanos, generalmente, logran sus mejores rendimientos, entre los 20 y 26 años, teniendo en los 24 años, la edad ideal para obtener el mejor rendimiento. Esto nos expresa que, por lo general, después de los 26 años, la curva de rendimiento comienza el descenso. Por lo tanto, a la hora de establecer un pronóstico, hay que tener en cuenta esta variable y en dependencia, pudiera pronosticarse un resultado ascendente o descendente.
Veamos cómo se realizaría un pronóstico en los 110 metros con vallas (atletismo cubano), para un vallista que cumplirá 21 años en la presente temporada, con una progresión ascendente en sus últimas cuatro temporadas, cuyo último resultado, a los 20 años, fue 13.89. En esta prueba el atleta cubano, por lo general, tiene una progresión ascendente, entre los 14 y 22 años. El vallista cubano, crece 0.19 centésimas (promedio), entre los 20 y 21 años, a este dato le añadimos el índice de crecimiento general expresado en esta prueba, 0.34 centésimas establecido un rango de posibles resultados, que pudiera oscilar, entre 13.55 y 13.70 segundos.
Los pronósticos en las diferentes pruebas, en deportes de tiempos y marcas, no deben realizarse sobre una marca cerrada, es oportuno establecer un rango de posibles resultados a lograr; teniendo presente que todo pronóstico está sujeto a un margen de error (diferencia entre el resultado real y el pronosticado).
Entre otras variables que aportan objetividad a la confección de los pronósticos, en el atletismo y otros deportes están, los análisis de los resultados de controles realizados en entrenamiento, que pueden incluir, pruebas auxiliares (físicas y técnicas) y modelajes competitivos; también se citan las competencias preparatorias. Estas variables, en la medida que avanza el proceso preparatorio, permiten ir ajustando la consecución del pronóstico.
Por último, les comento que es más factible realizar predicciones en atletas jóvenes, por lo general, muestran una curva de rendimiento en ascenso (progresivo), que aquellos en edad avanzada, muchos de los cuales, tienen comportamientos variables, unos establecen mesetas de resultados, otros manifiestan ondulaciones o descensos y los menos, siguen ascendiendo.
Pronosticar pudiera ser un “arte”, donde los “artistas” que mayores aciertos tengan, serán los que mejor hayan sabido utilizar las variables disponibles, pero cuando se trata de predecir posibles resultados en humanos, toda ciencia puede quedar en ridículo.
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