Usain Bolt_DeporCubaPor: Lilian Cid Escalona/ Especial Cubahora

La cosa va en serio. Sí, la caza de infractores, su juicio y condena por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ha arrancado con muchos bríos en este 2017 y ahora cobra víctimas que le otorgan una nueva connotación. Y es que hacer efectiva la sanción para el corredor jamaicano Nesta Carter es un paso firme, quizás el más trascendental desde que comenzara la cruzada. No por Carter en sí, sino porque su caída afecta al astro del atletismo Usain Bolt y esto sí que son palabras mayores porque al bólido se le escapa un título olímpico y ello desmorona el hito de los tres tripletes conseguidos de forma consecutiva en la competición deportiva más importante del planeta.

Por un momento pensé que se harían de la vista gorda con este caso. Los peces gordos siempre suelen tener un ángel de la guarda, mas esta vez, Thomas (en alusión a Thomas Bach, presidente del COI) y compañía han apostado por aplicar la ley, a cabalidad y esto, en cualquier caso, es aplaudible.

Claro, visto de otra forma adquiere matices de injusticia porque Bolt no ha transgredido la legalidad de manera directa. Son gajes del oficio, y contender colectivamente en el atletismo tiene un precio fundamental: los errores de uno, se llevan por delante el conjunto. Es como cuando se produce una salida en falso, un error del corredor del primer tramo que deja al resto “vestidos y sin bailar”.

Retomando el asunto, recordemos que Nesta Carter fue encontrado positivo en junio tras haber sido reanalizadas sus muestras de los Juegos Olímpicos de Beijing. La presencia de un estimulante llamado metilhexanamina hizo saltar las alarmas ya que en dicha justa deportiva el jamaiquino había sido parte, junto a Michael Frater, Asafa Powell y Bolt, del relevo 4×100 que ganó el título con crono de 37.10 segundos, récord mundial en su momento. Tiempo que los caribeños mejoraron a 37.04 en el Campeonato Mundial de Daegu 2011 y a 36.84 segundos en Londres 2012. Esta última, vigente cota universal.

Lo interesante es que, en todas estas incursiones de alcurnia, Carter fue protagonista y ello hace presagiar que las consecuencias de sus actos tal vez pueden llegar a ser mayores. Sobre la mesa quedan también otros títulos en el 4×100 así como el bronce en la final de los 100 metros del Campeonato Mundial de Moscú en 2013, aunque hay que aguardar por el pronunciamiento de la IAAF y de la Federación jamaicana de atletismo, instituciones que tienen la última palabra sobre el alcance de la suspensión que enfrentará el atleta nacido en 1985. Individualmente, destaca porque es uno de los seis hombres que ha bajado de los 9.79 segundos, lista en la que únicamente Bolt, dueño del récord de 9.58m desde 2009, no ha caído en el jamo. Junto a Carter (9.78), sus compatriotas Asafa Powell (9.74) y Yohan Blake (9.69) y los norteamericanos Tyson Gay (9.69) y Justin Gatlin (9.74) han cumplido sanciones por dopaje.

En tanto, es un hecho que los medallistas del relevo en la capital china se reorganizarán, y cuando esto suceda, el primer lugar será para la selección de Trinidad y Tobago (38.06) con Japón (38.15) y Brasil (38.24) como sus escoltas.

En lo que a Bolt se refiere, tras conocer en junio pasado del positivo de su compañero de conquistas dijo sentirse triste y profundamente acongojado, ya que podría quedarse sin una victoria para la que habían trabajado durante años.

La pérdida de este título es un golpe a su preciada colección; digamos que, a los efectos de los números, le resta un tanto de magia. El ceder este metal también le deja por detrás de Ray Ewry (10 de oro), Paavo Nurmi (9) y Carl Lewis (9) entre los máximos ganadores de la historia de los Juegos Olímpicos. Al margen, Usain Bolt se erige como el más grande velocista de la historia; ahora con 8 medallas de oro olímpicas y 11 de igual color en mundiales, donde además archiva otras dos preseas plateadas.

Así, la caída de Carter se lleva a Bolt por delante. Desde el humilde punto de vista de quien escribe, este es el paso más firme, más fuerte que se ha dado en esta batalla. Un golpe de autoridad de los organismos internacionales que rectoran el proceso. Aguardemos pues, ahora que parece que hasta los “dioses” son vulnerables, por nuevos, mayores y —probablemente— más devastadoras revelaciones.

savigne.jpgSAVIGNE AL PODIO OLÍMPICO DEL TRIPLE SALTO

“A lo mejor la vida reivindica su esfuerzo y la premia. Ante las circunstancias en que se desenvuelve el deporte mundial por estos tiempos, también vale sentarse y esperar”. Así concluía el comentario “Dopaje: Savigne será cuarta en el triple salto de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008”, escrito hace unos meses en ocasión de la descalificación de la griega Hrysopíyi Devetzi, bronce olímpico en el triple salto de Beijing 2008. Y la espera no ha sido larga; Savigne tendrá, desde hoy, una medalla olímpica en el salto triple. El podio que le fue esquivo, pese a saltar 15.05 metros.

El ascenso posicional de la cubana tiene su origen en el comunicado difundido por el COI donde informa que Tatiana Lebedeva, actual vicepresidenta de la Federación Rusa de Atletismo (FRA) y miembro de la Comisión de la Mujer de la IAAF, dio positivo por turinabol al ser revisados los análisis a los que se sometió en la capital china.

El hallazgo deja a la carismática atleta sin las dos medallas de plata (triple y longitud) que ganó en territorio asiático. La rusa, una de las mejores saltadoras de todos los tiempos, deberá entregar sus preseas cuanto antes y el Comité Olímpico Ruso (COR) deberá velar por ello. Su palmarés, a pesar de este golpe, es amplio e incluye el oro en longitud y el bronce en triple en los Juegos de Atenas 2004, además de la medalla de plata en triple en Sídney 2000. Es campeona mundial al aire libre en otras tres ocasiones y aún posee el récord del mundo en triple salto en pista cubierta (15,36 metros).

En cuanto a Beijing, si nos fijamos en el podio del triple hoy, la camerunesa Francoise Mbango Etone (15.39), la kazaja Olga Rypakova (15.11) y la cubana Yargelis Savigne (15.05) serían las agraciadas. Aunque visto lo visto, no se extrañe usted si unos minutos después de que lea estas líneas, algo ha vuelto a cambiar.