Por Noel David Suárez
Las dos mejores ligas del mundo cara a cara en la Gran Final del V Clásico Mundial de Béisbol, Estados Unidos con gran parte de su artillería pesada de la MLB, y Japón con lo mejor de la NPB y jugadores que también militan y son figuras en la gran carpa norteamericana eran los colosos que disputaban la corona. Ambos equipos sabían lo que era ganar un evento como este, pues los nipones se impusieron en los dos primeros y los norteños lo hicieron en el de 2017, de manera que si los dirigidos por Mark de Rosa vencían hoy a los de Hideki Kuriyama igualarían con los samuráis con dos títulos en Clásicos Mundiales.
¿Cómo llegaban?
Japón paseó la distancia en su grupo con sede en el Tokio Dome, China, Korea del Sur, República Checa y Australia, en ese orden, no fueron rivales para un equipo que contó con el apoyo incesante de su público. En la fase de cuartos de final enfrentaron al segundo lugar del enredado grupo A, en el que nuestro Team Asere fue primero, por delante de unos italianos que mostraron resistencia en las primeras entradas, incluso le pudieron conectar en el quinto capítulo al fenómeno Shohei Othani, pero más tarde la ofensiva asiática caería sobre el picheo de los europeos, el resultado final fue de 9 a 3. En semifinales dejaron el terreno del Loandepot Park echando humo, al dejar al campo en el noveno al fuerte elenco mexicano, que encabezado por el pinareño de las Rayas de Tampa, Randy Arozarena, se le planteó bien complicado a los nipones, que tuvieron que venir de abajo comandados por su gran estrella Othani, quien abrió el noveno con doble y luego de un boleto al cuarto madero serían impulsados por el largo doblete de Muretaka Murakami, dejando tendido al Team de Benji Gil y alcanzando su tercera final.
Por su parte los monarcas de la edición pasada repetían su presencia en la discusión del título luego de ser segundos en su grupo C. Fueron los mexicanos quienes le endosaron la única derrota que tienen en el torneo, para confirmar su paternidad ante ellos en estas lides. Este resultado adverso ante los aztecas los hizo terminar segundos de llave y enfrentar al Team Arepa Power, Venezuela, que había pasado la primera ronda de manera invicta, con sendas victorias ante equipos como Dominicana y Puerto Rico, y venían con todo a este Clásico. Un Gram Slamd de Trea Turner en el octavo le dio un vuelco al marcador y el avance a semifinales al llevarse la victoria con pizarra de 9 carreras por 7. Por el pase a la final se encontraron con los Aseres cubanos, el equipo que nos hizo soñar, se hizo viral la foto del capitán Alfredo Despaigne y el antesalista Nolan Arenado, de raíces cubanas por sus abuelos, el juego fue un paseo para los del norte, nuestros lanzadores no aguantaron una ofensiva que pisó 14 veces la goma. El equipo de Armando Johnson quedó en un meritorio cuarto lugar, mientras que los charros de México ocuparon un histórico tercer puesto.
Luego de estos resultados llegaban a la final los equipos que a priori se veían como serios aspirantes al cetro. Se vaticinaba un tremendo duelo.
Los abridores
El derecho de 34 años perteneciente a la organización de los Cascabeles de Arizona, Merrill Kelly, sería el encargado de abrir el último choque del Clásico por Estados Unidos. Kelly ganó 13 juegos y perdió 8 en la pasada campaña en la Liga Nacional y lanzó para un PCL de 3.37. Trinchera por bando se presentaba Shota Imanaga, lanzador de 29 años de edad de los Yokohama Dena Bay Stars en la NPB, en la que ostenta 57 éxitos y 46 fracasos y un PCL de 3.24, desde su debut 2015.
El juego
La velocidad y el ímpetu de Mike Trout lo llevaron a segunda con un texas al jardín izquierdo ante los envíos de Imanaga en la misma primera entrada, quien pudo meter el brazo al ponchar a Goldschmidt y dominar sin contratiempos al cuarto bate Arenado. En tanto Kelly solo embazó al mutante Othani por boleto, cumpliendo quizás esa máxima del béisbol que dice que es mejor cuatro bolas para una base, y no una bola para cuatro bases. Ambos lanzadores mostraron credenciales en el primer capítulo de una batalla que prometía y mucho.
Trea Turner abrió el segundo con su quinto vuela cercas del torneo, esta vez al golfear un lanzamiento de rompimiento que fue a parar a la gradería del LF. Los actuales campeones comenzaban arriba. La respuesta de los Samuráis fue inmediata, con otro jonrón, de su quinto bate Muretaka “Mambo” Murakami por el jardín derecho, el antesalista nipón después de no haber tenido un buen cominezo estaba cerrando a todo tren. Tras el cuadrangular dos imparables y un boleto llenarían las bases, en tal situación el alto mando estadounidense decidió retirar del box a Kelly para colocar al zurdo Aaron Loup, que enfrentaría a la tanda de arriba de los asiáticos. El hombre proa de raíces japonesas, Lars Nootbaar, trajo la ventaja con un roletazo a las manos del inicialista, que no pudo evitar que Okamoto entrara con la segunda del inning. El relevo de Loup fue bueno, pues logró cerrar la entrada sin males mayores al dominar a Kensuke Kondoh en elevado al central.
Shosei Togo se subió al box nipón en la tercera y después de retirar a Trout y a Goldschmidt le dio boletos a Arenado y a Shwarber, para enfrentar al encendido Trea Turner con empate y ventaja en circulación, el ahora jugador de los Phillips de Filadelfia fue retado con rectas supersónicas y ponchado. Togo metía el brazo y lograba auto relevarse. El espigado zurdo Kyle Freeland entró en la baja de ese tercer inning y obligó a batear para doble play a Murakami para cerrar el primer tercio. Luego de tres reñidas entradas el juego estaba 2 a 1 por Japón.
Okamoto pegó el tercer bambinazo del choque mandando la pelota a viajar entre LF y CF en la conclusión del cuarto y sumó la tercera de su equipo, lo que demostraba que ya Japón no era aquel conjunto que jugaba al toque de bola, también sabía bombardear con el madero en ristre. Hiroto Takahashi se encargaría del quinto y de la tanta de arriba de Estados Unidos, que iniciaba con hit de pierna por tercera de Mookie Betts, pero ponchó a segundo y tercero y pese al hit de Arenado colgó el cero retirando en elevado por el izquierdo a Shwarber.
Japón estaba utilizando un lanzador por inning para evitar que vieran dos veces a los poderosos bateadores norteños. Hiromi Itoh era el encargado de sacar del sexto, cometido que cumplía con creces al retirarlo de uno, dos y tres. Jason Adam vio acción en el sótano de esta entrada, y a pesar de llenar las bases por tres boletos, se las ingenió para resolver el problema en el que él mismo se había metido y mantener el marcador apretado de 3 por 1. En la alta del séptimo Taisei metió el brazo hasta el codo después de embazar a los dos primeros bateadores, dominando a Trout en línea al derecho y obligando a Goldschmidt a batear para doble play. Japón cerraba el Clásico sin permitir carreras en los séptimos inning.
Yu Darvish fue reservado para el octavo inning. El lanzador de los Padres de San Diego permitió un kilométrico jonrón de Kyle Shwarber por el RF, luego de sacar tres pelotas en zona faul, no obstante, pudo mantener la ventaja de su equipo, que ahora era mínima, y hacía presagiar un final de infarto. Luego del cero en el cierre de la octava la escena quedaba lista para el noveno, pues con ventaja mínima de 3 a 2 vendría Othani a sacar los tres outs que su equipo necesitaba para ser campeón.
El pelotero show nunca había actuado como cerrador, y qué mejor momento para buscar su primer juego salvado que en la final de un Clásico Mundial. Era el colofón perfecto para un torneo que había roto récords de audiencia, ya era todo un éxito. Othani enfrentó la tanda de noveno primero y segundo, la que inició con boleto a Jeff Mcniel, pero se disipó por el doble play de Mookie Betts, que ponía el guion perfecto para que se enfrentara con dos outs a su compañero de franquicia Mike Trout en un hecho sin precedentes en la historia del béisbol. La imagen quedó para la posteridad, Shohei ponchando a Mike Trout y llevando a su equipo al ansiado cetro en el Clásico Mundial. Se había escrito una hermosa historia en el Loandepot Park.
El tercer título de Japón ya es una realidad y el V Clásico Munidal de Bésibol ya es historia. Los nipones son más líderes que nunca en estas magnas citas, no son solo las tres coronas, sino que además poseen dos terceros lugares en 2013 y 2017, o sea, siempre han estado en el podio. Ha sido un torneo muy disfrutado, sobre todo por la grata actuación de nuestro equipo, el Team Asere, que devolvió la sonrisa a los rostros deseosos de buenos resultados en el deporte de las bolas y los strikes. Fue además un evento que demostró el avance de varias naciones en el béisbol como República Checa, que aseguró un cupo en la próxima edición, la cual se desarrollará en 2026.
Veremos pues, qué cambios tendremos en el VI Clásico Mundial, pues necesita de varios, sobre todo en el tema de las sedes, que debería ser una sola, o al menos que estén cerca geográficamente, además de la fecha en que se vaya a efectuar. En fin, solo tendremos que esperar tres años para volver a ver a muchos de los mejores peloteros del mundo representando a sus respectivas naciones, esperemos que Cuba no sea la excepción y pueda contar con más representantes que se desempeñen en la Gran Carpa, pues el cuarto lugar logrado aquí demostró que esa es la fórmula que es la correcta.
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