Nota Editorial: Esta entrevista se publicó en el año 2016 y la rescatamos porque varios lectores han escrito a nuestra redacción preguntando por la atleta en cuestión.

Por Carlos González/Tomado de Facebook

Aymee Martínez (17 de noviembre de 1988) no ha cumplido siquiera los 28 años. Si en un pasado fue bólido que volaba en la pista, desde hace cuatro temporadas tuvo que separarse de su encanto por el atletismo y sus andares por el mundo corriendo sola o en las postas de la selección cubana.

Las lesiones devinieron pi constante en su itinerario deportivo, hasta que regresó de las Olimpiadas de Londres 2012 y sus rodillas no paraban de lamentarse. Ya no podía seguir con ese calvario, las pistas terminarían degenerando su calidad y más aún su salud. Solicitó la baja del equipo Cuba a una edad insospechada para cualquier deportista, 24 años es el impulso para seguir dando guerra, pariendo resultados buenos y medallas en cualquier evento. No es ni remotamente el asomo de un atleta para ir pensando en el retiro.

Por fortuna para su salud y por desgracia para el deporte rey, Aymee desde esa fecha oficialmente no ha vuelto a agarrar el batón. En el presente vuelca todo su caudal cognoscitivo a jóvenes figuras de República Dominicana, país al que llegó en 2014 como resultado de un contrato entre Cubadeportes y el ministerio deportivo quisqueyano.

Pinareña de nacimiento, artemiseña después por antojos territoriales. Su desaparecido padre Basilio Martínez, futbolista del once nacional de finales del siglo pasado, constituye su guía desde cualquier lugar que esté.

¿Cómo llegas al atletismo?

Practicaba baloncesto, era muy mala y todas mis compañeras eran muy buenas. Mi profesor habló con la entrenadora de atletismo para que practicara este deporte, algo que no fue difícil ya que ella era amiga de mi familia. Así fui a una provincial y quedé en atletismo con la idea de poder ingresar a la EIDE y seguir con mis compañeras.

No tuve reparos para comenzar en el deporte rey, pues mi papá era futbolista y en la familia siempre se practicó deportes. Mi mamá jugó al tenis de campo, no con el rendimiento de mi padre que sí llegó al equipo Cuba. Siempre me apoyaron en todo.
En la categoría infantil me fue fatal, sin embargo en los escolares (14-15) tuve muy buenos resultados, competía en un triatlón de 200, 400 y 300 metros con vallas (m/v). Los dos años en la categoría gané los eventos y así fui seleccionada para el equipo nacional juvenil. En la categoría cadetes participé en un Mundial juvenil, Marruecos 2005, en el que obtuve medalla de oro en 200m y bronce en 400m. Igualmente competí ese año en el Panamericano Juvenil de Canadá, donde quedé cuarta en 200m.

Sin dudas, eras todo un diamante en bruto

El último año de la categoría juvenil, la Comisión Nacional entendió que tenía que pasar a entrenar con la selección nacional, ya que estaba haciendo tiempos iguales que los de la primera categoría. Fue en el curso escolar 2006-2007.

Mi primer evento internacional a este nivel fueron los Juegos del ALBA en Venezuela 2007, donde ocupé la segunda posición en los 200m y los 400m no los estaba corriendo por una lesión que tenía en el Tendón de Aquiles. Después asistí a los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007, algo muy importante para mí. Llegué a semifinales en 200m y la experiencia fue maravillosa.

Ser parte de la cuarteta me sorprendió, porque en el año casi no tenía carreras de 400m. Pero mi entrenador y mis compañeras sí contaban conmigo, así que lo hice lo mejor que pude y pedí ser la primera posta a Faustino, aunque creo que él lo tenía pensado primero que yo. Siempre pedía ser la primera posta, me sentía muy segura y a casi nadie le gusta ser la primera en arrancar.

Llegaría el Mundial de Osaka 2007, tu mejor competencia

El Mundial de Osaka fue magnífico. Hice mi mejor tiempo de por vida en los 400m, récord nacional juvenil con 51.74 s. Recuerdo la clasificatoria con la mexicana Ana Guevara y después pasar a semifinales, algo que nadie esperaba. Claro que la semifinal fue un caos, pues no me recuperé para la otra carrera por el esfuerzo realizado y sólo pude correr un discretísimo 57″, ya que tenía que presentarme en la carrera para poder correr el relevo en los próximos días.

Gracias al médico Pérez Dueña, al fisioterapeuta y al entrenador, pude recuperarme para el relevo y llegar a ser finalista, con un séptimo lugar. Me motivaron mucho mis compañeras Zulia Calatayud, Indira Terrero y Daimy Pernia.

El 2008 fue un año muy malo, muchas lesiones y un nivel competitivo muy alto de todas las corredoras de 400. Pero aun así, tuve la oportunidad de ir a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 como suplente del relevo. Allá no terminé mi recuperación y no pude correr, aunque todas las corredoras estaban muy bien. Fue difícil el hecho de no correr, pero estaba allí y creo que para todo atleta es la máxima experiencia.

Impresionante ver como las chicas hicieron el récord nacional y ser finalistas olímpicas. Ellas eran Roxana Díaz, Zulia Calatayud, Susana Clement e Indira Terrero.

Pasaron tres años de poca actividad en tu carrera hasta 2011

Comienzo el año 2011 muy bien, realizando la marca para el Mundial en los Juegos del Alba en Venezuela, aunque ya en La Habana había corrido con buen ritmo. Me encontraba nuevamente preparándome con mi entrenador del equipo juvenil, Juan Gualberto Carmona, ya que conocía mejor mi cuerpo por las lesiones que continuamente mantenía en las rodillas. El mundial de Daegú, en Corea, no fue lo que esperaba, ni en los 400m ni en el relevo. En el relevo influyó mucho no pasar a la final mi primera posta, algo que siempre me quedará pendiente con las chicas. Era otro relevo conformado por Diosmely Peña, Susana Clement y Daisurami Bonne. No obstante, igual la experiencia sirvió de mucho.

A los Panamericanos de Guadalajara 2011 no llegué tan bien como estaba a principios de año. Al saber de la ausencia de varios atletas de élite, creí la posibilidad de ganar, pero finalmente quedé cuarta en 400 m y primera en la posta.
Los Juegos Olímpicos de Londres 2012, una experiencia inolvidable, claro está, pero a la vez significó el adiós a tu carrera deportiva

Cuban 4X400M women Relay team celebrates with the gold medals during the XVI Pan-American Games in Guadalajara, Mexico, on October 28, 2011. AFP PHOTO/JUAN BARRETO (Photo credit should read JUAN BARRETO/AFP/Getty Images)

En Londres estaba bien y pensé que correría individual, pero ninguna lo hicimos. Nos quedamos para el relevo y no llegamos a la final. Después de ese evento mis rodillas continuaron molestándome y tenía que hacerme otra cirugía. Por ello decidido pedir la baja del equipo nacional. Muchos no entendieron, pero igual lo hice.

Pasado un tiempo comienzo a trabajar en la EIDE Antonio Maceo de Artemisa, actual Julito Díaz. Después por decisión de la provincia asumo el cargo de Comisionada Provincial de atletismo con 25 años”.

¿Eso influyó en que fueras seleccionada para la misión deportiva que estás cumpliendo hoy en República Dominicana?

“Bueno, mi currículum lo tenía un compañero que se encontraba acá. Y el Ministerio de Deportes solicitaba entrenadoras jóvenes en velocidad, así que Cubadeportes y dicho Ministerio hacen mi convenio.

Me fui en marzo de 2014. Acá el trabajo es muy diferentes al de allá Se trabaja varias categorías y yo por encontrarme en una provincia del país, casi abarco todo. Pero estoy con los resultados muy satisfecha. En el 2014 una atleta mía de 400m, Rosa María Fabián, pudo participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de México, siendo finalista. En el 2015, en el Memorial Barrientos, fue plata en los 200 m. No participamos en los Panamericanos ya que nos quedamos muy cerca de la marca. Esperamos que este año se pueda realizar el registro a los Juegos Olímpicos, ya que el trabajo es más específico y las metas nunca son pequeñas.