Por Eddy Luis Nápoles Cardoso/ Especial para Deporcuba

En días recientes (miércoles, 11) la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado al nuevo Corona Virus (Covid-19), como una pandemia mundial (enfermedad de todos los pueblos). Esta enfermedad surgida en diciembre de 2019 en Wuhan, China se ha expandido como el aire, por el mundo, enumerándose ya unos 120 países con, al menos una persona contagiada, más de 4 mil fallecidos, mientras, la cifra de contagiados asciende a unos 118.000.

El pasado 27 de febrero, el Comité Olímpico Internacional (COI), en la persona del canadiense Dick Pound, expresó El COI y los organizadores locales no cancelarían o pospondrían o harían cualquier otra cosa no habiendo consejo o regulaciones muy serias y específicas que provengan de la OMS o la autoridad regulatoria apropiada». Este discurso del Sr. Pound se me ocurre demasiado triunfalista y poco objetivo, teniendo en cuenta la realidad que está viviendo gran parte de la humanidad, ante la presencia de esta terrible enfermedad.

Hoy el coronavirus, no solo afecta a China, también se ha apoderado de Europa, donde Italia, marca a la vanguardia, seguida de España, Francia, Alemania y Suiza, mientras que Estados Unidos y Canadá, lideran en América, pero hay grandes vestigios en Oceanía y África. Por su parte, Japón, la sede olímpica, también es salpicada por el Covid-19, informaciones actualizadas (12 de marzo), hablan de 585 personas infectadas (Tokio tiene 67), con 31 fallecidos, cifran que, lamentablemente, van creciendo.

Ya varios eventos deportivos han hecho mutis, tanto en Asia, como en el resto del mundo, incluido el mundial de atletismo bajo techo de Nanjng (China), varios torneos preolímpicos han sido suspendidos, la NBA ha parado su calendario regular, medida que han imitado varias ligas de fútbol europeas y que seguirán sumando inquilinos, sucesivamente, porque estamos hablando de preservar la salud humana y aunque a algunos les parezca ilógico, es lo más importante sobre la Tierra.

A casi cuatro meses del inicio de los Juegos Olímpicos en Tokio, como se muestra el estado actual del virus, que lejos de disminuir, ha comenzado a expandirse, el Comité Olímpico Internacional, debe irse proyectando en una suspensión del magno evento deportivo, pues de celebrarse en las condiciones actuales, se constituiría en una especie de “epicentro”, cuya “onda expansiva” remitiría al Coronavirus por toda la faz de la Tierra.

El COI alberga en su seno más países (205) que la Organización de las Naciones Unidas, y al menos, un representante de cada país deberá estar presente en la capital japonesa, estando todos los asistentes a Tokio en riesgo de contraer la enfermedad y convirtiéndose en potenciales “transportadores” hacia sus respectivos lugares de origen.

Se conocen las millonarias cifras que se invierten en el “montaje” de los Juegos Olímpicos en la actualidad (14 800 millones, Londres 2012), así como las que se “recaudan” durante su celebración, pero ambas (costos y recaudaciones), no significan nada, ante la posibilidad de preservar la salud de la humanidad en medio de esta alarmante pandemia.

Actualmente el principal objetivo de la humanidad, dígase la ONU, la OMS y todas las demás organizaciones, que de ellas se derivan, es ponerle un stop al nuevo Coronavirus (Covid-19), por lo que no puede el COI (si no flaquea la pandemia), con la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio, en la fecha prevista, convertirse en un difusor más de la enfermedad.

Sr. Thomas Bach y todos sus secuaces, ¡Vale más precaver, que tener que lamentar!