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Juan Miguel Echevarría repasó su último año y las metas que hay por delante….
Casi un año entero de inactividad competitiva y zas, primer evento del año al bolsillo. ¿Se puede volver mejor?
A pesar de 12 meses sin competir, llevábamos 7 meses sin entrenar que es más duro aún porque pierdes el estado de forma. Luego comenzamos la preparación, lógicamente con dificultades por los protocolos que hay que cumplir por la pandemia, pero poco a poco fuimos trabajando. Sinceramente esta primera competencia para mí no era importante ganarla porque quería recuperar las cosas que perdí: el tiempo sin entrenar, las sensaciones de estar en una competición de primer nivel…y para el equipo de trabajo lo fundamental era ver los errores que estamos cometiendo, trabajar en ellos y corregirlos para los próximos eventos del año.
A propósito de la pandemia ¿Cómo ha sido el enfrentarte a un escenario tan atípico?
Desde que inició la Covid-19 y por toda la situación que vivió el país nuestra Federación, luego de todo ese período sin entrenar, decidió ubicar a la preselección olímpica en una base de entrenamiento en Camagüey, mi provincia natal, y ahí estuvimos entrenando fortísimo y a la vez encerrados como un equipo. En esta parte fue fundamental el trabajo de nuestros fisioterapeutas y sicólogos, así como el del personal médico que estuvo todo el tiempo alerta para cumplir con los protocolos y no contraer la enfermedad que tanto daño le hubiera hecho a cualquier atleta. Por suerte todo salió bien y creo que se cumplieron bastante bien los objetivos que nos trazamos, aunque fue muy duro.
Al aire libre o bajo techo: ¿Dónde te sientes más cómodo saltando?
Bueno…pienso que para mí, y para el 98% de los atletas, sea mucho más cómodo al aire libre porque son pistas fijas, que no tienen ningún problema. La única variable es la del viento, que a veces está en contra y otras a favor. Pero eso es algo que nosotros no podemos controlar.
Y la cuestión con las pistas bajo techo es que dependes del lugar en el que estén, también que hay carrileras muy cortas para correr, que se nota que son montadas a la fuerza y es muy difícil despegar en ellas. Por eso prefiero las pistas al aire libre porque las siento más seguras y firmes.
La experiencia de llegar al Campeonato Mundial en Doha con cartel de favorito no ganar
Sinceramente la experiencia en Doha fue muy dolorosa. Aprendí que tengo que controlar más la presión. Tener el cartel de favorito te da un peso extra y un compromiso con los que te siguen, además de que pones automáticamente todas las miradas en ti. Eso a veces te puede sacar de competencia y concentrarte en cosas que no debes. Vivir esa experiencia deja claro que hay que seguir trabajando y no perder la noción. Tengo que seguir enfocado en mis metas y no preocuparme por haber perdido, lo que hice, y lo que haré siempre, es fijarme en los errores que cometí para que no se vuelvan a repetir.
Eres un atleta muy joven al que los resultados le han llegado muy rápido… ¿Claves en tu fórmula de éxito ?
Yo me hice Campeón Mundial con 19 años, tenía grandes marcas, fui bronce mundial con 20, campeón de Ligas del Diamante…y la verdad no es fácil. Pero cuando uno tiene en su mente lo que quiere y sabe para lo que está trabajando debe mantenerse fuerte. Mis resultados han venido con armas de doble filo como la fama…como una mejor posición económica…pero uno no puede dejarse llevar por esas cosas y debe intentar mejorar como persona y como deportista.
Hay personas que saben lidiar con eso y otras no. Muchos se dejan arrastrar y pierden el camino teniendo un talento enorme. Por mi parte he tenido la suerte de contar con un gran entrenador y un excelente equipo de trabajo que me ayuda muchísimo a mantenerme con los pies en la tierra.
Los récords son parte de tu agenda
Todos los atletas tenemos nuestros propios sueños; y los récord de Pedroso, “Mike” Powell, los míos personales y todas las marcas en eventos o meetings que existen están en ellos y en mi lista de trabajo. Pero no salgo a buscarlas, estoy esperando el momento adecuado para que se den, o quizás simplemente cuando pasen… Lo que sí es cierto es que no estoy enfocado en “ir para arriba” de una marca, estoy tratando de mejorar poco a poco. Soy bastante joven y me queda mucho camino por recorrer y muchos saltos por dar. Vamos a seguir trabajando y espero que todos nuestros sueños y metas se cumplan eventualmente.
En el ambiente competitivo cómo es tu relación con los demás atletas, has tenido algún problema por tu forma de ser tan expresiva
Como se puede ver en los eventos yo soy un atleta bastante carismático, pero la mayoría de nosotros los saltadores presentamos el mismo carácter desde el punto de vista competitivo. Todos nos llevamos bien, nunca hemos tenido problemas… y lo que hacemos es darnos apoyo aunque tengamos la rivalidad en la pista.
Todos nos apoyamos y nos damos ánimo. Así como también alentamos al público para que tengan un espectáculo y un show, queremos hacerlos sentir bien mientras disfrutan de nuestra competencia. Yo me centro en vivir el momento, en hacer las cosas bien, a mi manera y como soy: divertido, alegre y contento. Hasta hoy no me ha traído problemas, ni en el deporte ni en la calle.
¿Te ves ganando el oro en Tokio?
Todo atleta que esté enfocado en sus metas siempre se ha visto en un podio olímpico con la medalla de oro en el pecho, y no soy la excepción. Yo sigo trabajando para tener cada vez más cerca la posibilidad de ser campeón olímpico. Esa lo ha ido definiendo mi trabajo y los resultados obtenidos poco a poco. Pero sí, todo mi trabajo ahora mismo, es para alcanzar ese oro para mí y para toda Cuba.
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