El atleta noruego Jakob Ingebrigtsen es un fenómeno del Atletismo Mundial y eso no lo duda nadie. Sus títulos logrados en las más exigentes instancias y marcas personales son su carta de presentación más sólida, pero también su poco respeto hacia los rivales ya es preocupante para muchos, y sus declaraciones después de obtener la medalla de plata en el evento de 1500 metros planos en el Mundial que se celebra por estos días en Eugene ha impactado en seguidores y detractores del fondista.
Recordemos que Jakob fue vencido en el remate final por el atleta Jake Wightman, y sus palabras dejaron mucho que desear , ya que en el momento de recibir su medalla comenzó a llorar y al indagar los periodistas por este hecho en particular espetó lo siguiente : » Soy muy bueno, repetir eso es estúpido. Para cualquiera una plata en un Mundial es algo increíblemente grande de lograr, pero al mismo tiempo no tiene mucho valor cuando eres derrotado por personas que son peores que yo. Estoy decepcionado de mí mismo»
«Sé que soy lo suficientemente bueno para ganar, muy superior. Termino en una posición en la que me abro a muchos ataques, porque no corro lo suficientemente rápido. Si hubiera mantenido una velocidad más alta antes, los otros no habrían estado dispuestos a usar la fuerza final del sprint para tratar de obtener la primera posición. Debería haber corrido mucho más rápido y no lo hice».
«Estoy decepcionado de hacer una carrera peor de la que debería. Lo hice fatal. Tomé algunas decisiones que sentí que tenía que tomar, pero tenía que hacerlo de manera completamente diferente, no dejando opciones a gente inferior a mí en ritmo a los que dejó opciones de ganarme al sprint».
Estás palabras no fueron para nada bien vistas por todos,ya que demuestra una poca asimilación de la derrota por parte de Jakob, y olvida los principios más elementales de deportividad y respeto hacia el rival. Nadie, absolutamente nadie, puede ofender a sus rivales y minimizarlos de ese modo. Jakob acaba de dar una muestra de increíble torpeza en sus palabras y acciones. El ser más excepcional, el más brillante,si no viene adornado con una corona de modestia y sencillez solo será en el futuro un nombre al lado de estadísticas frías y vacías. Lamentablemente Jakob Ingebritsen parece haberse sumado a ese listado
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