Por: Darien Medina Bonilla/ *Exclusivo

La relación entre Ivett Santiago y el fútbol tiene mucho de casual. Es la clásica unión que llega por caprichos del destino y luego se hace difícil separarlas.

Ivette comenzó como portera en lides universitarias y una injusta decisión la llevaría a convertirse en una de las mejores árbitras del país, llevando esta carrera a la par de su profesión como fiscal.

“Todo comenzó en el tabloncillo del estadio Juan Abrahantes, o SEDER como se le conoce en la Universidad de La Habana, era el mes de octubre de 2007, se celebraban los interaños de la Facultad de Derecho y había varios estudiantes entre hembras y varones tirando a la portería. El muchacho que estaba como portero necesitó ir al baño y el presidente de la FEU de la facultad Gilberto Tabares me vio que estaba parada mirando y me dijo que me pusiera de portera, comenzaron los tiros y detuve todo lo que me lanzaron, digamos que de 30 que me hicieron detuve más de 20 y fue entonces que sin prueba ninguna me convertí en la portera”

Este, sin embargo, no fue su primer contacto con el deporte en la enseñanza primaria llegó a jugar voleibol, era su sueño escribir su nombre dentro de esta disciplina en Cuba, también jugaría béisbol. Como estudiante de la ESBEC Comuna de París en San Antonio de los Baños lograría ser campeona provincial en la categoría 12-13 de atletismo, y con el fútbol se mezcló en el preuniversitario, cuando ya había tenido experiencias en el kárate y el judo.

Ivett entraría en la Universidad de La Habana para estudiar la carrera de derecho y el deporte siguió siendo parte de su vida universitaria. «Luego de matricular en la Facultad de Derecho me inscribí en varios deportes para los Juegos Caribe, voleibol, atletismo, karate, judo, taekwondo y fútbol el cual apenas sabia jugarlo, solo me gustaba pues de niña seguía al Real Madrid».

Durante siete cursos escolares alcanzarías seis medallas dentro del fútbol, de esas, tres fueron de oro, dos de plata y un bronce, sumándole a eso las obtenidas en otras disciplinas, en el años 2010 sería elegida la mejor jugadora dentro de la Universidad de La Habana.

“En el tercer año jugamos los juegos estudiantiles del ALBA que se celebraron en la Escuela Internacional de Profesores de Educación Física en San José de las Lajas, allí obtuve medalla de bronce, jugué también con el equipo La Habana la última copa ESPA y una Copa 8 de marzo siendo campeona en esas dos ocasiones y además en uno de esos torneos, el del año 2011 como portera de la selección de Camagüey donde fuimos sub campeonas perdimos 1-0 con La Habana, tres Juegos Giraldillos y en un juego de exhibición de fustal femenino que se disputó en la extinta Sala ¨Kid¨ Chocolate en el entretiempo de un tope amistoso internacional masculino entre Cuba y Panamá, representando al Cuba Azul¨.

¿Tuvo que romper barreras o imponerse ante prejuicios machistas que muchas veces aparecen?

Sinceramente no, en la Universidad de la Habana existe un ambiente a mi criterio libre de esos prejuicios, el deporte universitario mueve a muchos estudiantes que esperan los Juegos Caribe como su momento preferido del curso, con el tiempo y al hacerme más reconocida dentro de la institución tenía gente que iba a verme jugar, cosa que me sorprendía bastante.

¿En algún momento pensó en tener una carrera como atleta antes de hacer su entrada en la Universidad?

Nunca pensé en ser atleta, de niña soñaba jugar voleibol y mi padre me decía que entonces el equipo nacional seria Las Morenas y una Blanca del Caribe de forma jocosa, siempre tuve la libertad y el apoyo que me dio él en cualquier cosa que me gustara, pero no, nunca pensé ser atleta profesional como le dicen, llevar esa vida, ese régimen, no tuve acceso a la pirámide de formación deportiva, de niña prefería las artes, estudie además en la casa de cultura teatro, literatura y música.

¿Por qué la licenciatura en derecho?

Ya en la secundaria quería estudiar relaciones internacionales y supe que la licenciatura en Derecho podía ser un escalón y así lo hice, además de darle a mi padre la satisfacción de estudiar la carrera que el siempre soñó y por necesidades el país no pudo estudiarla, él se graduó de Ingeniero Industrial en la CUJAE. 

¿Cómo pudo llevar al deporte y los estudios de manera unísona? ¿En algún momento llegó a renunciar al fútbol por la carga docente?

En la universidad se entrenaba poco, y tenía tiempo suficiente para la actividad docente, ya a partir del tercer año que soy invitada a entrenarme con el equipo La Habana es cuando comienza realmente mi vida como atleta, se entrenaba en una sesión casi siempre en la mañana, tuve suerte y pocas veces me coincidió con la docencia, de igual manera nunca descuidé esta última pues en ese momento era mi prioridad.

Nunca renuncié al fútbol, desde que comencé su práctica me apasionó muchísimo y no pude dejarlo, diseñé mi vida para poder practicarlo y así ha sido hasta hoy.

En el año 2012 comienza su recorrido dentro del arbitraje ¿Por qué esa decisión? ¿Estuvo determinada por algo en particular?

Bueno ese fue un año duro, en noviembre de 2011 participé en un curso de arbitraje que impartieron las entonces árbitras internacionales Irazema Aguilera Fuentes y Elizabeth Cuff, el curso sería para conocer más a fondo las reglas de juego y debían participar todas las jugadoras del equipo La Habana, finalmente luego de varios meses de curso, y estando además entrenando con el equipo La Habana se dio la Copa 8 de Marzo y me llevé la sorpresa cuando me nombraron como árbitra, lloré mucho, pues estuve todo un año entrenando para jugar, fue mi duro, pero bueno aquí vino otra vez Yunelsis Rodríguez y me convenció de que tenía más futuro como árbitra lo que a la larga fue cierto y en esto también influyó el difunto seleccionador nacional femenino José Luis Elejalde y las profesoras Irazema y Elizabeth.

A partir de allí decidí dedicarle todo mi empeño al arbitraje y comencé a entrenarme ya para hacerme profesional de esa actividad y tratar de buscarme un espacio.

Prosigue sus estudios en Derecho y logra la culminación de los mismos, ahora sería llevar a la par la vida profesional junto con el arbitraje

En el año 2012 me graduó de derecho y fui ubicada como fiscal en la Fiscalía Municipal de Boyeros en La Habana, al principio fue difícil pues tenía que levantarme muy temprano pues debía estar a las siete de la mañana en la Ciudad Deportiva para entrenar con las profes Irazema y Elizabeth y luego de la sesión tenía que ir corriendo para Santiago de Las Vegas a trabajar, pero bueno la fiscalía ha sido también un gran apoyo pues siempre desde un inicio sabían mi condición y me apoyaron en todo momento para que pudiera hacer las dos cosas, apoyo que se ha mantenido hasta el día de hoy.

Más allá de los resultados deportivos ¿Que le marcó en su vida como atleta en lo positivo y negativo?

En lo positivo comencé habituar mi cuerpo al entrenamiento cotidiano, cosa que no fue fácil porque nunca antes había practicado deportes, en lo negativo al principio de ser invitada a la selección de La Habana encontré algo de rechazo entre jugadoras ya establecidas pues tenía a muchas en el equipo nacional y la diferencia de nivel entre ellas y yo era obvia.

Recuerdo que una vez en un entrenamiento una jugadora de la selección me tiró a puerta sin que yo estuviera atendiéndola y le detuve el tiro, al ser tan rápido pregunte si había sido gol y esa jugadora me dijo !Claro que fue gol! eso me marcó y a partir de allí supe que tenía que hacerme mi lugar entre varias que venían de escuelas deportivas.

Con el tiempo me gané el respeto y el aprecio de ellas, con mucho trabajo y gracias en parte al apoyo de una persona que marcó mi formación deportiva, a quien le debo todo lo que soy hoy como atleta pues me inició en el fútbol organizado y siempre me dio consejos, me entrenó y me preparó  para el futuro que sabía que tendría, la Doctora en Ciencias de la Cultura Física y el Deporte y Jefa Técnica de la Selección Nacional Femenina de Cuba, hoy contratada en Islas Turcas y Caicos Yunelsis Rodríguez Báez, mi mejor amiga dentro del movimiento deportivo, mi hermana en todos los sentidos, con quien también dimos juntas los primeros pasos en el arbitraje de fútbol.

¿Sigue extrañando la portería o ya ha encontrado en esta nueva función otras sensaciones qué no sentía cómo atleta?

Disfruto el fútbol también como árbitra, aunque lo hago desde otro ángulo, las personas creen que el árbitro es el malo de la película y olvidan que sin él no se puede jugar porque somos la regla, también somos seres humanos que como los jugadores fallan durante el juego. También nosotras somos proclives a tomar decisiones incorrectas, pero nos toca aprender de cada error y para eso trabajamos para cometer cada día menos equivocaciones durante un partido, el árbitro que no se equivoca es aquel que no pita.

Extraño jugar, lo hago todavía, todos los años compito en los Juegos Caribe como parte del equipo de fútbol de la Asociación de Antiguos Atletas Caribe, llevamos ya ocho años jugando y hemos ganado cuatro medallas de oro, tres platas y dos bronces, todas las facultades quieren ganarnos, nos tienen terror (sonríe) pero ser árbitra es diferente, no es lo mismo cuando se tiene la responsabilidad de impartir justicia en un campo de fútbol, nuestras decisiones importan y pueden definir el resultado de un partido de allí la importancia de nuestro trabajo, a veces injusto; pues nos juzgan mal en muchas ocasiones, siempre sacrificado.

Cuando suena el silbato el mundo se detiene para mí y solo importan los 90 minutos que me quedan por delante y me propongo trabajar cada segundo para tratar de alcanzar algo cercano a la perfección, pasar desapercibida, que los jugadores olviden que estoy sin dejar a un lado el respeto que me deben, intervenir lo necesario en el juego pero no ser protagonista.

¿Cómo fue esa primera experiencia dentro de la cancha impartiendo justicia?

Fue en la Liga de Veteranos de La Habana que se juega todos los domingos en el estadio La Polar, fue difícil desde el primer minuto estaba muy nerviosa, sentía que todos me estaban observando, y muchos de los jugadores que juegan en esa liga fueron grandes fútbolistas, miembros de selecciones nacionales, imagínate constantemente me estaban probando, pero no me fue tan mal, ellos sabían que yo era nueva y me ayudaban a cada instante, me daban confianza para que siguiera aprendiendo, fue una gran experiencia, seguí trabajando esa liga hasta que me enviaron a trabajar el torneo provincial masculino de primera categoría donde comenzó el verdadero trabajo.

Ha ido escribiendo ya una carrera de un gran crecimiento y de reconocimiento internacional ¿Qué ha contribuido en este ascenso?

Creo que todavía me falta mucho para tener ese reconocimiento, ciertamente he crecido en poco tiempo como árbitra y eso debe en un principio a los profesores que me formaron, a los que continuaron instruyéndome, a los que confiaron en mí y en último lugar a mi esfuerzo personal, la carrera del arbitraje es muy solitaria y sacrificada, trabajamos en equipo pero casi siempre entrenamos solos, debido a múltiples factores.

Desde que me convencí que este era mi camino puse todo mi empeño en hacerlo lo mejor posible, cambié mis hábitos de vida, he seguido durante años un plan de entrenamiento específico, y una dinámica de trabajo que comienza muy temprano en la madrugada, debo entrenar, comer, descansar como atleta de alto rendimiento y así he tratado todo este tiempo de llevar y conducir mi vida, basada en una cierta disciplina y planificación que me permite hacer todo lo que me propongo, estudio a diario, observo todos los partidos que transmiten desde la perspectiva arbitral, trabajo cuanto torneo aparece, no discrimino categorías, trabajo lo mismo un partido de barrio que un tope internacional, infantiles lo cual disfruto y aprendo muchísimo, escolares, juveniles, adultos, cualquier categoría alimenta a nuestra formación y lo hago como si fuera el último partido, aprendiendo de los errores, escuchando los consejos de los asesores. Hay que oír todo lo que te dicen, hasta las cosas malas y que no nos gustan, y creo firmemente en que el tiempo de terreno es indispensable para perfeccionar la dinámica arbitral.

Nacionalmente, poco a poco, he logrado mi espacio, no ha sido fácil porque tengo apenas siete años y medio en el arbitraje, sin formación deportiva, soy profesional de otra esfera, soy mujer, son cosas que a veces son un problema pero luego se convierten en ventajas. Creo que mi disciplina ha sido un factor importante en mi progreso, el respeto a los que llevan más tiempo, he aprendido algo de cada árbitro o árbitra que he conocido, el arbitraje es de día a día y se debe trabajar mucho con la imagen, hay que proyectar la idea de confianza, de seguridad, para ganarse respeto, a veces uno se equivoca, pero lo hace con seguridad y convence.

Internacionalmente también ha sido complejo, Cuba tiene tradición de grandes árbitras y hay que trabajar para mantener ese perfil alto, aprovechar cada oportunidad que se nos da para dar nuestro mayor esfuerzo y mostrar nuestra mejor versión, eso trato de hacer cuando estoy representando a Cuba, en ese momento no soy Ivett, soy una árbitra cubana y mis compañeras que vienen detrás tienen en mi otra oportunidad, trato de aprovechar el camino que otras colegas han labrado para las que estamos ahora, deseo y aspiro hacer lo mismo para mis compañeras más jóvenes.

La llegada de la pandemia aplazó el desarrollo de la Copa del Mundo Femenina sub 20 ¿Tenías tu presencia asegurada?

Todavía no estaba nombrada para la Copa Mundial, significa que no era seguro que participaría, me incluyeron en el grupo de árbitras disponibles y calificadas para participar en un proceso selectivo que dura varios meses incluso años, Concacaf es a mi criterio la confederación que más exige a sus árbitros, busca la perfección, de ahí su consigna Excelencia, categoriza a sus árbitros según su experiencia, resultados, edad, dominio del idioma inglés, performance, y condición física, el año anterior tuve muy buenos resultados en los eventos en los que participé, lo que creo que motivó que me incluyeran en esa lista de árbitros con posibilidades de llegar a mundial, lo que considero un privilegio y un honor máxime cuando apenas llevo tres años en FIFA y soy internacional desde 2017.

El fútbol femenino cubano cuenta con poca visibilidad ¿Cuál es su valoración sobre el estado actual de esta disciplina?

Ciertamente el fútbol femenino es poco conocido, nadie que no sea del medio fútbolístico conoce el nombre de las jugadoras ni los resultados de los torneos.También sucede con el masculino, que nadie salvo contados ejemplos sabe quiénes son los jugadores de la selección absoluta y considero que eso se debe en mucho a un problema de cultura de la información, no está definida una estrategia de marketing que permita que se sepa, no se ve como en otras selecciones que puedes comprar la camiseta de la jugadora que te guste, creo que se le debe dar más publicidad a lo que se hace por el fútbol femenino, lo que hacen las fútbolistas cubanas.

Nadie sabe que hay dos jugadoras contratadas en la Liga Profesional Dominicana, y que son de las mejores en sus posiciones.

Nadie sabe que la selección femenina ha participado en finales del Caribe en diferentes categorías, en torneos preolímpicos en pre mundiales, en Copa de Oro femenina, cuando digo nadie me refiero al resto de la población de Cuba que no sigue el fútbol.

El fútbol femenino a través de los años se ha hecho mucho más participativo, pasamos de tener una niña en un equipo de varones a tener equipos femeninos por provincias, hace varios años que se realizan los torneos nacionales sub 18 y de mayores donde participan equipos que se eliminan de todas las provincias, lo que quiere decir que el fútbol gusta a las niñas y es inclusivo, solo que sí creo que se debería pensar en una liga femenina con más juegos como sucede con los hombres, para poder darle desarrollo, fogueo y visibilidad al fútbol que practican las mujeres en Cuba.

¿Más allá del fútbol qué disfruta Ivett?

Disfruto el cine, del teatro, del ballet, escucho todo tipo de música incluso la clásica, la instrumental, las baladas, en general la música que transmita emociones y que no tenga contenido obsceno o vulgar, disfruto mucho la lectura, ver series y documentales que tengas que ver con la investigación criminal y con mi trabajo como fiscal.

Me gusta también estar en familia, pasar tiempo con mis seres queridos más cercanos, compartir con mis amigos y por supuesto jugar al fútbol con mis amigas del equipo de Antiguas Atletas Caribe, con las que he creado casi un vínculo familiar.

¿Cuáles son sus planes futuros, tanto en el fútbol como en su vida laboral y personal?

Como toda deportista quisiera llegar a un torneo importante, y trabajar partidos definitorios del certamen, todo árbitro desea secretamente pitar la final de un mundial, yo me conformo con estar y ya allí competir sanamente por partidos importantes, quisiera estar en unos Juegos Olímpicos, Juegos Panamericanos, Centroamericanos representando a Cuba, para eso mantenerme en forma físicamente y trabajar día a día para mejorar con el esfuerzo y el trabajo diario.

También quiero mejorar en mi trabajo como fiscal, seguir ejerciendo mi función como garante del proceso y ejercer la acción penal con objetividad, justicia, sensibilidad y humanidad, sin olvida de del otro lado del proceso existe una persona con derechos que aunque ha delinquido merece que se le respete y garantice un debido y justo enjuiciamiento.

En el plano personal quisiera tener mi familia, cuidar a mis sobrinos, el de sangre y los adoptivos para darles un buen futuro y ayudarlos en las decisiones que tomen en la vida.