Cuba es, ante la mirada del planeta, una potencia deportiva. Lo es, aunque los últimos tiempos hayan atestiguado un descenso en los resultados a nivel internacional. Todo encuentra basamento en la implementación de una estrategia deportiva donde prima la masividad, esa que hace del Deporte un derecho del pueblo, y que fue cuna de logros impensados para una nación como la nuestra: pequeña, del tercer mundo y bloqueada económicamente, por demás. Son resultados únicos y aplaudibles en toda su línea, aunque muchas veces, por ese espíritu triunfal que nos es inherente, pasen desapercibidos en cierto modo. Y es que hemos llegado a ser intolerantes ante los traspiés que se han sucedido como consecuencia directa del haber quedado a la zaga, y bregar uno, dos, tres…. pasos por detrás de todos nuestros competidores.
Lo cierto es que las alarmas han saltado y el país ha tomado acciones para resarcir la situación, o al menos, intenta tomar cartas en el asunto. Uno de los pasos más sólidos en este sentido se produjo en septiembre de 2013, cuando se hicieron públicas las disposiciones aprobadas en torno a una política de remuneración para atletas, entrenadores y especialistas del deporte, con efecto desde enero de 2014.
De igual manera se anunció que otras medidas se harían efectivas progresivamente para actualizar los métodos, compatibilizarlos desde nuestra perspectiva con lo que sucede en el mundo y así contribuir a alcanzar mejores resultados deportivos.
Por ello se trabaja en el atletismo, donde la Comisión Nacional revisa los métodos y asume nuevas estrategias en pos de perfeccionar el trabajo en el Equipo Nacional, entre las que destaca la eliminación de las categorías juveniles y mayores, efectivas en la asignación de entrenadores y también el otorgamiento de matrícula de acuerdo a la especialidad. Ello se traduce en que a partir de las captaciones que se hagan en estos Juegos Escolares (Julio de 2015), se elimina el polémico asunto del cambio de entrenador y, por otra parte, los atletas tendrán la oportunidad de llegar al alto rendimiento por la trascendencia de sus resultados y no por la cantidad de plazas que haya disponibles en una u otra especialidad.
Daniel Osorio Díaz, Jefe Técnico de la Selección Nacional cubana, confirmó la decisión y admitió que la misma ha sido recibida con entusiasmo.
“Hemos percibido sensaciones positivas ante estos cambios. Es una determinación que potenciará las exigencias a nivel científico y técnico de nuestros preparadores del equipo nacional, y a su vez estimula la continuidad en el trabajo”.
Actualmente, la preselección nacional de atletismo tiene un método de trabajo en el que los entrenadores se distribuyen de acuerdo a la edad de los atletas. La nueva determinación elimina lo anterior y abre para cada entrenador la posibilidad de guiar toda su carrera deportiva.
Sin embargo, es un riesgo a su vez, ¿qué pasa con los entrenadores que trabajan en la base? ¿No tendrán nunca esta oportunidad de llevar a sus pupilos a instancias superiores?
“Hay que tomar riesgos, es imposible evadirlos cuando se trata de hacer cambios. Este es un primer paso de una proyección a largo plazo que busca el acercamiento, desde nuestras perspectivas, a los métodos de trabajo que se utilizan en el mundo. Intensificaremos el seguimiento a la progresión de los atletas y controlaremos con mayores argumentos el trabajo de nuestros técnicos. Hay que incentivar la competencia y de esta medida surgen muchísimas variables para medir la eficacia del trabajo de cada entrenador, de cada área”
“Apostamos también por el papel de las competiciones nacionales. Poco a poco, tanto el campeonato nacional como el resto de los espacios competitivos, irán recuperando el protagonismo que merecen, y la superación constante será premisa de orden para todos los vinculados a la práctica de nuestro deporte”.
A todas luces, la determinación puede convertirse en una inyección de adrenalina para el deporte rey en Cuba. Si bien es cierto que el alto rendimiento es un resultado del deporte para todos que ha sido un principio elemental de la Revolución cubana, no se puede perder de vista que se trata de una condición selectiva donde cada individuo vinculado tiene la finalidad de progresar paulatinamente con el propósito de alcanzar los más altos resultados deportivos.
Sobre este aspecto, el también entrenador de la especialidad de salto de longitud en el equipo nacional adelantó que a partir de este momento, las promociones al equipo Cuba se realizarán atendiendo a la calidad de los atletas y la relevancia de sus resultados, sin reparar en los límites de matrícula por especialidad que hasta este instante habían resultado decisivos.
Gracias a Deporcuba por la actualización de la información.
Si la ley se aplica y no aparece solo en los papeles podría ser algo bueno, mas lo próximo que se debe hacer es elevar la transparencia. La autocrítica es siempre una señal de haber comprendido que cometimos un error, pero si ese error lo mantenemos en nuestra filosofía, pues es normal que retrocedamos. Reconocer los propios errores es el primer paso en pos de un cambio.
Creo que el descenso del deporte cubano se aceptaría si fuesen otros tiempos, pero con los medios actuales, todos tenemos oportunidad de informarnos por otras fuentes. Factor que no se ha tenido nunca en cuenta en Cuba por ser una isla, o sea estar aislados, y bloqueados, pero desde hace muchos años, gracias a internet no es así.
Por esta razón la gente consulta otros medios y empieza a dudar cuando aparece cada semana qué atleta cubano cometió indisciplina y al final desapareció del mapa. Otro aspecto a mejorar es que siempre las cosas negativas que suceden son culpa del bloqueo, de los otros países, del mal tiempo, de las aerolíneas extranjeras, nunca el responsable tiene residencia en Cuba. A mi juicio si la culpa fue una mala organización o planificación se deberían tomar medidas, porque asistir a eventos solo por viajar al extranjero cuando se conoce que una mejor planificación hubiese traído resultados excelentes, no me parece digno de justificación.
Los cambios mencionados por la Comisión deberían hacerse efectivos ya, y no estar siempre poniendo fechas para más tarde y es que seguramente existen problemas en la actualidad en los binomios atleta-entrenador (veáse que menciono primero al atleta porque me parece el elemento más importante en el proceso), y por tanto sería muy meritorio de la Comisión aceptar y analizar peticiones de atletas. En el trabajo es normal tener roces con personas con las que no existe empatía alguna, pero en el caso del deporte, si el atleta y el preparador no hacen buenas migas, no debería ser ningún problema aceptarlo y buscar una solución al problema. Eso evitaría por una parte el acomodamiento de los entrenadores vitalicios y pienso que repercutiría positivamente en el rendimiento.
Internacionalmente no es nada extraño cambiar de preparador después de cierto tiempo, para recibir nuevos impulsos, pero justamente en el momento en que el atleta alcanza la mayoría de edad, me parece el momento menos propicio y mucho menos si se realiza como una orden desde arriba, ¿o es que los que deciden nunca fueron jóvenes?
La mayoría de las indisciplinas son regularmente una llamada de alerta de una persona que se siente incomprendida y/o rechazada.Si la respuesta a estas es una sanción, pues estamos combatiendo las consecuencias, cuando lo lógico sería combatir las causas que la han producido.
Usain Bolt dijo en coferencia de prensa que esta en penitud de capacidad y que no le teme a los registros de Gatlin,estos cien metros no me lo pierdo por nada.