Por Eddy Luis Nápoles Cardoso
Ha concluido el Campeonato Nacional de atletismo para la categoría juvenil, también conocida como menores de 20 (U20), y más que realizar una valoración, se impone una reflexión sobre este evento.
En el atletismo cubano, los atletas menores de 20 años no se reunían desde 2022, primer y único evento pospandemia hasta la materialización de esta edición, que brillantemente ha cerrado el espirituano Jorge Odelín con su flamante 8.34 en salto de longitud, que pudiera ser homologado como patrón nacional para la categoría. Pero más que un récord, quedó el excelente momento que vive este joven atleta, con varios brincos sobre los 8.00 metros.
Aquí radica la importancia de la realización de las competencias calendarizadas y competir. Todos conocemos las limitaciones actuales, pero los atletas noveles están ávidos de medirse entre ellos, de sentirse líderes, salir de los escenarios habituales de entrenamiento y mostrarse ante otros públicos, que aplaudan y griten sus nombres. En estos menesteres, el evento valió la pena.
Entonces, es importante y necesario crearles las condiciones idóneas para la competencia, tanto logísticas como de confort y hasta sentimentales. Era imprescindible la presencia del cronometraje electrónico en Camagüey, porque los atletas de las pruebas de velocidad tienen derecho a que sus resultados sean reconocidos internacionalmente y sean validados por World Athletics. Actualmente, el cronometraje manual es anacrónico y obsoleto.
Al margen, los resultados no se han divulgado oficialmente. Esta es otra de las debilidades que muestra últimamente el atletismo cubano: existe un total divorcio con la prensa nacional, y viceversa. A los atletas, a todos los niveles, les gusta que sus desempeños, por mínimos que sean, tengan espacio en los medios de comunicación. También existen seguidores del atletismo que necesitan conocer los acontecimientos que se producen. Gracias a los periodistas empíricos y a las redes sociales.
Entre lo que se logró filtrar de la pista Rafael Fortún gracias a las actualizaciones del perfil en facebook de INDER Camagüey, por supuesto, de mayor relevancia es el salto de 8.34 metros de Odelín, que puede constituir récord nacional juvenil (8.33, Maykel Massó). Además, es líder entre los juniors en el mundo en la presente temporada, cuarto de todos los tiempos, a solo cuatro centímetros del tope mundial (8.38) del italiano Mattia Furlani, y sumó boleto directo al Mundial de Tokio 2025.

Entre otros resultados con cierta relevancia se citan: Rosmaiby Quesada, con 6.31 en salto de longitud; Merlin Martínez, con 1.81 en salto de altura; Mariam López, con 10:16.9 en 3000 metros con obstáculos (estas dos constituyen marcas personales); Ryman Hernández, con 3:54.1 en 1500 metros; Liarys Sotolongo, con 53.88 en disco, y Abel Gómez, con 7087 en decatlón, entre otros.
El atletismo lleva una alta cuota de sacrificio, voluntad y entrega, pero también produce emociones y alegrías.
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